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martes, 27 de noviembre de 2018

Escenas Divisionarias

Pinturas de la División Azul

Esta sección está dedicada a la gesta de la División Azul, la célebre unidad de voluntarios españoles que supo elevarse a la categoría de leyenda. Sus increíbles actos de heroísmo y su acerada e invicta resistencia frente a la colosal apisonadora del Ejército Rojo, hicieron de su nombre sinónimo de bravura, coraje y valor. Aquí, y desde nuestra modesta aportación artística, sólo pretendemos rendir un homenaje de reconocimiento histórico a los bravos divisionarios que hicieron posible lo imposible.

Galería de Escenas
. PINTURAS Y REPRODUCCIONES DISPONIBLES:


11. Marcha hacia el Este

Inicialmente destinada al Grupo de Ejércitos Centro para la toma de Moscú, la División Azul hubo de recorrer un largo camino antes de incorporarse al frente: primero el ferrocarril, desde España hasta Suwalki, en Polonia Oriental; después, las dificultades ferroviarias y la falta de transporte motorizado obligaron a nuestros divisionarios a recorre a pie los 900 Km que separaban la última localidad citada de Smolensk. Fue una prueba dura superada con éxito por los curtidos hombres de la División Azul: durante cerca de un mes, la división española de la Wehrmacht estará caminando entre 30 y 40 kilómetros diarios. Sin embrago, a poco para llegar a Smolensk, la situación en Leningrado de los ejércitos alemanes, obligó a Hitler a alterar los planes de la Operación Tifón, concebida para la conquista de Moscú, y la División azul sería trasladada, ahora nuevamente en ferrocarril, a sus puestos de combate del Grupo de Ejércitos Norte.

La lámina ilustra el movimiento pedestre de la División Azul por tierras rusas bajo la atenta mirada de dos de sus oficiales.


Marcha hacia el Este

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10. Pak 40 del Grupo 250º

Durante la II Guerra Mundial, la acelerada competición entre la coraza motorizada -el carro de combate- y el ariete que la neutralizase fue un quebradero de cabeza para políticos, ingenieros y, por supuesto, militares: la irrupción de un nuevo tanque con mayor potencia de fuego y protección dejaba inmediatamente inútiles ingentes cantidades de material de guerra y, recíprocamente, las nuevas armas contra-carro capaces de perforar los últimos blindajes, hacían lo propio con los más recientes diseños salidos de las cadenas de producción.

Esta alocada carrera hubo de sufrirla en sus carnes la División Azul, pues la mayor parte de su equipamiento antitanque eran piezas Pak-35/36 L-45 de 37 mm, cuya munición era completamente ineficaz para oponerse con éxito a los T-34 soviéticos que empezaban a inundar los campos de batalla del frente oriental. No obstante, la artillería divisionaria sí disponía de algunas piezas contra-carro Pak 40 de 75 mm que, si bien eran capaces de destruir los temidos 7-34, su número era totalmente insuficiente para detener las masas acorazadas que vomitaba el enemigo.

La lámina muestra un grupo de sirvientes de un cañón antitanque Pak 40 75/46 del Grupo Antitanque 250º de la División Azul, preparándose para el disparo.


Pak 40 del Grupo 250º

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9. El puño divisionario

La artillería de la División Azul contaba con un regimiento de artillería de campaña que se organizaba en tres grupos ligeros y un grupo pesado, los primeros con piezas de 105 mm y el último con obuses de 150 mm. Desde su llegada al sector de Leningrado la artillería de la División Azul fue reforzada con una batería de obuses de 155 y dos baterías de morteros pesados capturados a los franceses. En las memorables y terribles jornadas de Krasny Bor, todas las baterías del I Grupo, dos del III y dos del IV, se vieron envueltas en la acción, aunque de manera diferente.

Nuestra escena representa una pieza de 150 mm en movimiento hipomóvil. En la imagen nos hemos permitido la licencia artística de pintar el arrastre de la pieza en un sólo tiro de caballos, puesto que debido al peso del conjunto y para los casos de tracción animal (la mayoría), cañón y armón iban por separado.


El puño divisionario

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8. El atasco del kübelwagen

La División Azul contaba con un puñado de los célebres todoterreno de fabricación alemana Kübelwagen. Los Volkswagen Kübelwagen eran vehículos ligeros y de construcción sencilla que hicieron gala de una enorme movilidad, lo que añadido a la robustez de su motor refrigerado por aire, les hacía muy adaptables a todo tipo de climatologías, por extremas que fueran. Pero, a pesar de todo, no eran infalibles, por lo también se averiaban, a veces en lugares o circunstancias inopinadas, como en el barro o la nieve.

Nuestra escena representa a un kübelwagen de la División Azul atascado en el barro y que precisa ser remolcado con medios de tracción animal, la mayoría de los disponibles en la División.


Avería en el barro

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7. El obús ligero divisionario

Si bien la División Azul era una Gran Unidad de Infantería y, por ende, muchas de las escenas que la representan en acción están protagonizadas por infantes, no debe olvidarse que una gran unidad divisionaria encuadra en su organización unidades pertenecientes a todas las armas y servicios. Es nuestra intención ir ilustrando progresivamente esta compleja organización de campaña de la División Azul y, como no podía ser menos, pintaremos también escenas que recuerden el importante papel desempeñado por nuestros artilleros en cuantos combates sostuvo en Rusia la División Española de Voluntarios.

Nuestra escena representa a los sirvientes de un obús ligero de campaña de 105 mm preparando el fuego de su pieza.


El obús ligero de campaña de 105 mm

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6. Infierno helado

Mensaje de 24 de enero de 1942 del capitán Ordás -Jefe de la Compañía de 206 esquiadores de la División Azul- en respuesta al “Dime cuántos valientes quedáis en pie” inquirido por el cuartel general de la División, tras socorrer a la guarnición alemana cercada en Vsvad: “Quedamos doce”.¡12 de 206 hombres! ¡España, forja inagotable de héroes legendarios!

La acción del Ilmen debiera ser cantada por modernos juglares para memoria imperecedera de las gentes, en una época de aturdimiento olvidadizo de gestas y epopeyas. En enero de 1942 y a temperaturas de 54 grados bajo cero, la compañía de esquiadores del capitán Ordás lleva a efecto, al límite de las fuerzas humanas, una misión suicida cuyo itinerario de aproximación va jalonando con un reguero de sangre y hombres congelados. Se marcha primero sobre una banquisa cruzada de muros de hielo que va mermando la compañía por agotamiemto y congelaciones, 22 horas de caminar ininterrumpido en los que dormir significa morir. Después se combate para romper el cerco e increíblemente se enlaza con los alemanes. Por fin se regresa a las posiciones de partida no sin dejar de combatir. Total: 196 bajas de 206 combatientes iniciales.
Nuestra escena representa el avance de la Compañìa de Esquiadores divisionarios sobre la banquisa helada del lago Ilmen, en enero de 1942, en socorro de las posiciones alemanas de Vsvad cercadas por el enemigo.

Infierno helado

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5. Cuatro Camaradas

El poderoso intento del Ejército Rojo para romper el cerco de Leningrado y copar a los ejércitos alemanes que lo sostenían fue frustrado principalmente por la enérgica defensa que le opuso la División Azul. Si unos meses antes, en Stalingrado, el martillo soviético golpeaba con furia a rumanos e italianos y lograba el propósito de cercar al VI Ejército alemán de Von Paulus, en febrero del 1943 el mismo martillo volvía a descargar un golpe que pensaban decisivo contra los aliados alemanes del Grupo de Ejércitos Norte. Era la "Operación Estrella Polar", solo que ahora no había rumanos ni italianos, había un yunque español que quebró el mango del martillo soviético y lo inutilizó.
Nuestra escena representa, siguiendo el título de una vieja canción falangista, a cuatro sirvientes de un Pak 37 maniobrando su arma para detener un temible t-34 en las proximidades de Krasny-Bor.


Cuatro Camaradas

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4. Sangre y nieve

El derroche de bravura de los soldados españoles en Rusia, se tradujo en una escalofriante cifra de bajas (14.000) entre muertos (5.000), heridos (cerca de 8.700) y prisioneros (casi 400). Aun siendo considerable tan generoso sacrificio, mucho mayor fue el precio que hubo de pagar el Ejército Soviético para intentar destruir a la invencible División Española de Voluntarios. En efecto, se calcula que los guripas hispanos causaron a Ejército Rojo más de 49.000 bajas.
Nuestra escena trata de representar el supremo sacrificio de uno de aquellos españoles que al calor de un gran ideal y lejos de su patria, fueron a combatir al comunismo en su propia casa.


El supremo sacrificio

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3. El cruce del Volchov

El 18 de octubre de 1941 el general Muñoz Grandes ordenó el paso del río Volchov, cruce realizado por el 2º Batallón del Regimiento 269 por Udárnik, donde el río tiene una anchura de trescientos metros. La sección de zapadores del teniente Escobedo constituyó la vanguardia de la operación y, tras doce minutos de tensa y silenciosa travesía, realizada en botes neumáticos y sin protección artillera para lograr la sorpresa, consiguen​ ocupar un vital observatorio de la artillería soviética y rechazar un fuerte contraataque soviético.


El cruce del Volchov

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2. La compañía de esquiadores de la División Azul

A finales de Octubre de 1941 se formaría en el seno de la División Azul una compañía de Esquiadores que, aun cuando de efímera existencia, se cargaría de gloria y admiración por su inmortal gesta del lago Ilmen.


La compañía de esquiadores en marcha invernal

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1. El cabo Ponte en Krasny Bor

En febrero de 1943, el cabo Ponte, de la 3ª Compañía de Zapadores de la División Azul, al ver que un carro soviético asaltaba las posiciones divisionarias para dirigirse directamente a un puesto de socorro repleto de compañeros heridos, se hizo con una mina antitanque Teller-43 y, sin pensárselo dos veces, se enfrentó en solitario al monstruo de acero que amenazaba destruirlo todo. Así, y a costa de su propia vida, logró detener el carro enemigo colocándole la mina con su propio cuerpo en las cadenas propulsoras. Su heroico sacrificio salvó la vida de muchos de sus camaradas. Fue condecorado póstumamente con la Cruz Laureada de San Fernando.













4.2. Nuestras pinturas

Sobre la base de un cuadro al óleo que hemos realizado sobre la hazaña del cabo ANTONIO PONTE ANIDO en la Batalla de Krasny-Bor, hemos ejecutado varias escenas, una completa y tres más particularizando diferentes elementos compositivos que giran sobre el momento en el Ponte Anido se arroja sobre el carro soviético, logrando finalmente su destrucción.


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Ver desarrollo de la obra en nuestro Taller de Pintura